Uno de los fenómenos más místicos y ancestrales de la cultura maya es el equinoccio en Chichén Itzá, el cual ocurre dos veces al año; el primero, entre el 20 y 21 de marzo, durante la primavera, y el segundo, entre el 22 y el 23 de septiembre, durante el otoño.
De acuerdo con el concepto, equinoccio es un término astronómico en donde el día y la noche duran exactamente el mismo tiempo, un evento que llama la atención de los visitantes de Cancún, Yucatán y la Riviera Maya, quienes acuden para atestiguar este extraordinario fenómeno que trascurre en las ruinas de Chichén Itzá.
Nombrada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, Chichén Itzá es un vestigio importante de la civilización maya, en donde se encuentra diversos yacimientos arqueológicos, principalmente el Templo de Kukulcán, reconocido como una de las 7 nuevas maravillas modernas del mundo.
Es precisamente de Kukulcán y la cultura maya, en el cual Kulkana se inspira como un destino de vida planeada en Cancún y la Riviera Maya, un proyecto de comunidad dentro de un entorno de naturaleza creado por Tierra y Armonía, y que puedes conocer más a detalle dando clic aquí.
Durante los equinoccios en Chichén Itzá, tanto de primavera como de otoño, uno de los mayores espectáculos se da en el Templo o El Castillo de Kukulcán, cuando la deidad maya desciende por los escalones de la pirámide en su forma mitológica, la de una serpiente emplumada.
En cada equinoccio, el sol de la tarde crea una ilusión de una serpiente arrastrándose lentamente por la escalera norte.
Simbólicamente, la serpiente emplumada se une a los cielos, la tierra y el inframundo, el día y la noche en un mismo lapso. Es por ello que es uno de los espectáculos visuales más esperados por miles de turistas que llegan de todas partes del mundo, con la finalidad de admirar un evento único, sin duda un regalo que dejó la gran civilización maya.
El equinoccio es un momento especial, pues con su llegada marca la presencia de una nueva estación. Para los visitantes, significa un encuentro con los antepasados que hace miles de años dominaron uno de los centros arqueológicos más importantes del continente y del mundo.
Es por esa razón que miles de personas acuden a Chichén Itzá para llenarse de la energía del equinoccio, tal y como lo hacían los mayas, fervores creyentes de una cosmovisión que entrelazaba a la tierra y al ser humano, sin distinción alguna, pues todos eran un mismo sistema permanecientes a la madre naturaleza.
En caso de que planees visitar Chichén Itzá durante el equinoccio, te recomendamos llevar ropa fresca, calzado cómodo, agua y una gorra o sombrero. La Península de Yucatán se caracteriza por una temperatura cálida la mayor parte del año, por lo que debes ir preparado si es que no estás acostumbrado al calor.
Como mencionamos, la experiencia que vivirás será única, y sobre todo, serás testigo la herencia que dejó la cultura maya para la humanidad, ya que son reconocidos por su gran exactitud arquitectónica, astronómica y matemática, y por supuesto por el legado científico y tecnológico que ha asombrado al mundo.